No nos engañemos, no todos somos Donald Draper. Te ha pasado a ti y me ha pasado a mi, y seguramente le haya pasado a la gran mayoría de profesionales que tienen que hacer presentaciones o exposiciones orales… a veces las cosas se tuercen. La experiencia nos dice que siempre habrá imprevistos en una presentación, y que la audiencia muchas veces te lo va a poner muy difícil, pero con estos 10 consejos, las posibilidades de éxito se multiplican.
1. Presentación Visual
Presentar oralmente es una ventaja. Te permite «vender» tu idea. Defenderla con pasión y convicción. Segur@ de que el desarrollo conceptual que llevas es el mejor posible. Por eso, sobra el texto. Ya estás tú para desarrollar el proyecto y convencer a tu audiencia. Usa fotos, infografías, iconos, vídeos, pero no satures de palabras tu presentación (powerpoint, keynote, canva, vídeo, etc…).
Un consejo: No des por hecho la capacidad imaginativa de tu audiencia. Usa tu presentación como un apoyo visual que les ayude a imaginar tu propuesta. Un Imaginario.
2. Highlights
Nunca he sido amigo de ensayar una presentación. En mi opinión, y es sólo eso, una opinión, ensayar una presentación le resta naturalidad y potencia. Si te aprendes la presentación de memoria, acabarás recitando tu presentación, en lugar de contarla.
Lo mejor es tener claro en la cabeza el orden de los contenidos de tu presentación. Estructúrala por titulares, o highlights. Todo proyecto, tiene una narrativa, un storytelling, y se puede dividir en varios puntos cardinales, aquellos en los que se debe hacer mayor énfasis. Tus ases. Teniendo claro el orden de esos highlights, estructura tu presentación a su alrededor. Recuerda, estás contando una historia.
3. Hidratación
Usa un post-it, escríbetelo en la mano o ponte una alarma en el smartphone, pero no olvides llevarte una pequeña botella de agua. Para destacar la relevancia de este punto, permíteme que cuente una experiencia personal que sólo puedo describir como uno de los momentos más incómodos de mi vida. Me disponía a hacer una presentación ante una famosa marca de coches. Era época primaveral, y por lo tanto, las alergias hacían de las suyas. Llegué con congestión nasal y la garganta seca. La sequedad se pasó también a la boca. Comencé la presentación y a medida que avanzaba, la boca se fue secando más y más, hasta que finalmente apenas podía pronunciar correctamente. Un horror. Un desastre. Finalmente una compañera me salvó al salir de la reunión a por un vaso de agua.
Ya sea por alergias, nervios (algo de lo más normal) o factores extraterrestres, una boca seca puede fastidiar por completo tu presentación. Lleva siempre contigo una pequeña botella de agua… ¡y comprueba que la marca de tu botella de agua no es rival del cliente al que vas a visitar!
4. ¿Hola, qué tal?
Cuando se presenta en el extranjero o ante clientes internacionales, siempre se dedican los primeros minutos a preguntas no relacionadas con el trabajo. Un ¿Hola qué tal? ¿Cómo estáis? ¿Qué tal va el día?… las posibilidades son variadas. En España no es tan habitual que esto se haga. No sé cual es la razón, pero sí es indiscutible que una pequeña charla informal para romper el hielo es de buena educación y además ayuda a relajar el ambiente.
5. Presentaciones cortas
Está demostrado que la capacidad de atención de un ser humano se ha reducido a 8 segundos. Esto quiere decir que sólo pasan 8 segundos sin que seamos capaces de pensar en otra cosa. La manera de consumir información a través de la tecnología ha sido en gran parte la causante de esta reducción en nuestra capacidad de concentración. Este artículo desarrolla muy bien este dato: 8 segundos de atención.
Es evidente que es imposible vender un concepto en 8 segundos, pero sí podemos calcular el tiempo para que nuestra presentación no resulte larga. Los formatos de charlas TED no son cortos por gusto de los creadores sino por una cuestión estratégica. Con una duración que puede oscilar entre los 10 y los 20 minutos, garantizan que la audiencia no tenga tiempo para aburrirse, aprovechando los primeros minutos de su capacidad de atención.
Cada presentación tendrá una duración diferente, ya que en algunas ocasiones se tratará de acciones más sencillas y concisas, y en otros casos de proyectos con un gran desarrollo logístico. En ningún caso creo que deberían superarse los 35 – 40 minutos. Hay ideas que pueden contarse en 10 minutos, en 5, e incluso en 1 minuto.
6. Ritmo ágil
La autocrítica es muy importante en este punto. ¿Te gusta escucharte? Si la respuesta es SÍ, piensa que quizás lo que para ti resulte interesante, no lo sea para los demás. No dejes que tu presentación se alargue sin necesidad. Cíñete a la estructura mental de los highlights y no te enrolles. Yo me obligo a cumplir estas 3 normas, quizás también te ayuden a ti.
- Nunca volver hacia atrás en la presentación.
- Nunca repetir nada a no ser que no se haya comprendido. Lo explicado, explicado está.
- Sólo los highlights pueden destacarse en varias ocasiones a lo largo de la presentación. Igual que es bueno hacer referencia a tu concepto creativo para que no quede relegado a un segundo plano, y resulte evidente que está presente en todo el proyecto.
7. Prohibido leer
Disculpa el tono imperativo del título, pero considero que esta es posiblemente una de las reglas más importantes: no leer tu presentación. El primer punto de este post habla sobre la importancia de llevar una presentación con poco texto. Aun así, siempre tendrás que escribir información, pero no la leas. Recuerda que poder presentar es una ventaja, no leas tu presentación: cuéntala. Después de todo, ¿quién mejor que tú para describir la idea?
Leer las diapositivas, anula por completo tu ventaja en la presentación. Baja el ritmo y la energía de la reunión, y por lo tanto la capacidad de atraer y cautivar el interés de tu audiencia: el cliente.
8. Reparte miradas
Es cierto, no es fácil. Te plantas en una sala de reuniones y frente a ti, hay una larga mesa con cinco personas trajeadas, que en muchas ocasiones han olvidado la sonrisa en casa. No pasa nada, tú puedes.
Comienza tu presentación. Ten en cuenta que todos y cada uno de los asistentes a esa reunión tienen voz y voto en la decisión final, unos más que otros, pero seguramente ese dato lo desconozcas. ¿Qué significa esto? Pues que tienes que implicarles a todos por igual en tu historia. Desde la cara amable, hasta la más fría. Y es que es una tendencia muy natural que terminemos mirando única y exclusivamente a la persona que más nos sonríe. Es normal, es un rostro receptivo y amable con el que apetece hablar, pero hay que esforzarse por repartir miradas. Trata de repartir tus miradas de la manera más equitativa posible, y nunca te quedes durante mucho tiempo mirando a una sola persona. Es algo que con la practica acaba saliendo sólo. Imagínate como un comunicador que tiene que narrar una historia que atrape a todos los presentes por igual.
9. ¡Muévete! El lenguaje corporal
Es lógico. Nuestra capacidad de atención es mayor cuando existe movimiento en la presentación. No te quedes sentado, no tengas miedo a levantarte de la silla. Enfatiza los highlights usando tu presentación como apoyo. Tu lenguaje corporal es una herramienta muy útil. Puedes subrayar conceptos, destacarlos, usando a la vez cambios en la fuerza de tu voz. Una buena presentación puede diluirse si mantienes el mismo tono de voz a lo largo de toda la reunión. Sube y baja, juega con el ritmo, tú eres el director de tu propia orquesta. Si te interesa profundizar en este tema, aquí va un enlace a un articulo muy interesante de soyentrepreneur.com 17 tácticas para leer el lenguaje corporal
No es necesario ser un experto en la temática para hacer una buena presentación. Basta con usar el sentido común. Un tono amable, una sonrisa, gestos abiertos y no cerrados, y sobre todo pasión por lo que estás narrando. De esa manera muestras tu convicción en el proyecto y por lo tanto tu confianza en su éxito.
10. No te pases de gracios@
Es natural. Ves que la reunión está saliendo muy bien y la recepción es positiva. Te vas animando hasta que finalmente te vienes arriba y pierdes el control. ¡Cuidado! El cliente no es tu amigo. Controla la intensidad. Como todo en la vida, el exceso empacha. Si percibes que la adrenalina te contagia y notas un repentino subidón de autoconfianza, canaliza esa energía. Modúlala, no permitas que te domine. Ese momento puede arruinar toda una presentación. Si un chiste o un pequeño chascarrillo ha hecho gracia, continúa, no cuentes otro. No olvides la franja de respeto profesional que existe entre tu audiencia y tú, y utiliza un lenguaje adecuado para la situación.
Ya sabes, si te vienes arriba, córtate un poco… pero sólo un poco.
Muy bueno Javier, presentar algo en público me cuesta bastante, pero leyendo todo esto parece más fácil. Gracias
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¡¡Gracias a ti por tu comentario y tu apoyo… y por acercarnos un poco más a todos al mundo de la música!!!
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Hola Javier!! me ha gustado mucho tu post. No sabes lo identificada que me he sentido….
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¡¡Qué alegría me das con tu comentario Laura!!
Estaré encantado de conocer algunos de tus consejos!!!
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